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Prensa-lavanguardia

Los expertos recomiendan seguir “la regla de los 60”: no pasar los 60 decibelios y ni los 60 minutos cuando escuchamos música

¿A quién no le gusta escuchar música a todo volumen mientras sale a hacer running? Muchos de nosotros usamos auriculares durante todo el día para ahogar el ruido en nuestros desplazamientos, en el trabajo o mientras hacemos deporte. Pero, ¿qué supone este hábito cotidiano para nuestra audición?

Una pérdida gradual e irreversible

Puede que hayas tenido que subir el volumen porque te parece que las guitarras de tu canción favorita no suenan lo suficientemente fuerte o porque no terminas de entender el diálogo de una película y esto puede deberse a que estás perdiendo capacidades auditivas.

Así lo creen algunos expertos que achacan el envejecimiento prematuro de nuestra audición al creciente uso de auriculares para escuchar música y películas.

“Nosotros hablamos de la “generación sorda o MP3” y nos referimos a todos aquellos jóvenes que comenzaron a usar auriculares más pequeños y adaptables a la anatomía de la oreja. Al no ser como los anteriores de espuma, el sonido entra de una manera más directa en el oído y por ello, puede lesionarlo más”, asegura el Dr. Jordi Coromina, otorrinolaringólogo del Centro Médico Teknon.

“Hay un estudio de la Universidad de Boston, centrado en jóvenes que iban escuchando música con auriculares por la calle, que demostró que las lesiones producidas a los 5 años, en general, son irreversibles.Mientras que otra investigación de L’Escola d’Arquitectura de La Salle de Barcelona, reveló que hasta la mitad de los jóvenes de entre 18 y 27 años, que participaron en la muestra y usaban este tipo de dispositivos, tenían lesiones auditivas. Un 33% leves y un 17% más importantes”, continúa el experto.

Actividades de ocio peligrosas

Pero no todo queda en los auriculares, un concierto de rock también puede suponer un riesgo para nuestros oídos. ¿Acaso no has experimentado esa mítica “sordera temporal” y los pertinentes pitidos tras un concierto?

Según Coromina, el ruido de un concierto de rock puede llegar a los 135 decibelios. Eso sí, el daño será proporcional a si estamos sentados en la primera fila o en la 28, así como el tipo de música. No es lo mismo para nuestro oído las guitarras de Kiss que la quinta sinfonía de Beethoven.

“Yo me he hecho una audiometría antes y después de un concierto de rock y tras el evento, presentaba un 10% menos de audición. Aunque al día siguiente la había recuperado. Hay varios estudios que lo demuestran y en principio es un efecto reversible, pero también hay una serie de efectos irreversibles del concierto de rock o de los dispositivos acoplables”, añade el experto.

¿Cómo afecta a nuestro oído?

Según el Dr. unos de los principales efectos podrían ser los llamados acúfenos o tinnitus, que son esos pitidos que percibimos al salir del concierto. Aunque casi siempre desaparecen, podrían quedarse de forma permanente.

“Se produce una lesión de células ciliadas internas y por tanto la pérdida de agudos. Los ruidos fuertes no suelen afectar a las frecuencias graves, aquellas que nos hacen “escuchar”, mientras que lo que se ve afectado ante el traumatismo acústico son los agudos, aquellos que nos ayudan a “entender lo que hemos escuchado”, indica Coromina.

Por ello, este tipo de lesiones provocan un envejecimiento prematuro del oído: “El “oído cansado” ocurría a los 60 años y ahora, con este tipo de dispositivos, puede aparecer a partir de los 40 años e incluso la necesidad de llevar un audífono”, asegura el doctor.

¿Hay manera de evitarlo?

La OMS recomienda no escuchar música a más de 65 decibelios. Sin embargo, el experto piensa que es imposible que la gente joven no escuche música a menos de 85 o 90 decibelios porque si estás en la calle, con todo el ruido ambiental, sueles subir el volumen para aislarte y compensar.

“Para que nos hagamos una idea, en una ciudad como Barcelona, el ruido sobrepasa los 70 decibelios”, asegura el otorrino.

Para poner remedio a estas lesiones e impedir el envejecimiento prematuro propone seguir “la regla

 de los 60”. Es decir, no escuchar música a mas de 60 decibelios durante más de 60 minutos. Y si lo hacemos, debemos descansar al menos media hora para atenuar la fatiga auditiva. Para medir los decibelios podemos descargar aplicaciones como Decibel 10th (iPhone) o SoundMeter (Android).

Y si queremos asistir a un concierto y cuidar nuestros oídos, aconseja ponerse un simple algodón que nos deje escuchar pero que nos proteja y frene el impacto.

El experto concluye explicando que no todo es culpa de los auriculares o de los conciertos: hay una predisposición genética o sensibilidad de cada persona, no todos los disc-jockeys van a presentar lesiones auditivas, al igual que sucede con la vista. “Hay personas que con 80 años no llevan gafas y otros que con 50 se las tienen que poner”, añade.

FUENTE | http://www.lavanguardia.com/vivo/salud/20161104/411555109470/que-le-pasa-a-mis-oidos-por-usar-auriculares.html