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Prensa-hola

La intensidad de la música que escuchas y el tiempo que permaneces conectado son algunos de los responsables de la aparición de presbiacusia prematura u oído cansado. Pero hay más factores. Con motivo del Día Mundial de la Audición, que se celebra el 3 de marzo, hablamos con un experto para que nos explique qué puede provocar pérdida de audición.

Hace unos días la Organización Mundial de la Salud (OMS) alertaba de que para el año 2050 una de cada diez personas sufrirá problemas de audición. Además, el organismo llamaba la atención sobre los jóvenes, revelando que la mitad de las personas entre 12 y 35 años en todo el mundo, es decir, 1.100 millones de jóvenes, corren el riesgo de ver deteriorada su capacidad auditiva por una exposición a ruidos elevados durante un tiempo prolongado. Los auriculares, aunque se encuentran en el punto de mira, no son los únicos culpables. O al menos, no por usarlos el riesgo de perder la capacidad auditiva aumenta. Deben darse otras circunstancias.

Según el doctor Jordi Coromina, otorrinolaringólogo del Centro Médico Teknon, en Barcelona, “muchas personas que hoy en día son jóvenes y que están enganchadas a los nuevos reproductores de música, a sus teléfonos, etc, llevarán audífono a partir de los 40 o los 45 años, ya que el ruido excesivo al que están expuestos les está produciendo presbiacusia prematura o oído cansado”.

Sin embargo, el especialista aclara que no podemos culpar a los auriculares como únicos responsables e indica que se debe, más bien, a un conjunto de causas. Por ejemplo:

  • Tiempo de uso indebido de los auriculares: podemos usarlos, pero el riesgo aparece cuando se escucha entre tres y cinco años o más, es decir, por el uso prolongado de estos ‘gadgets’.
  • Tipo de música escuchada: no es lo mismo escuchar rock que otro tipo de música más melódica o clásica. El primero, por ejemplo, es más perjudicial, aunque se escuche con el mismo volumen que una balada.
  • Duración de cada audición: más de 15 minutos escuchando música a una intensidad superior a los 90 decibelios (dbs) pueden dañar el nervio auditivo. La OMS no recomienda superar los 63 dbs.
  • Sensibilidad de cada persona: un mismo ruido puede dañar el nervio auditivo a unas personas más sensibles y a otras no.

Conciertos y ruidos ambientales

El experto recuerda además que si «asistimos a un concierto de rock durante más de una hora (habitualmente, pueden prolongarse hasta las tres), donde el sonido suele llegar a los 115 dbs, el daño es mayor». De hecho, el doctor Coromina comenta que «si hiciéramos una audiometría al público a la salida del evento, probablemente comprobaríamos que ha perdido hasta un 10 por ciento de la capacidad auditiva”.

Pero además de los auriculares, hay otros factores que pueden acabar dañando el nervio. “El ruido de la ciudad con su tráfico intenso y, sobre todo, el paso de vehículos pesados e, incluso, los secadores de pelo, que pueden alcanzar los mismos decibelios que un restaurante durante la hora de comer, son factores que acaban perjudicando nuestros oídos”, confirma el especialista en otorrinolaringología.

Fuente: Hola.com